Imagina que tu curso sigue transformando, incluso cuando no estás
Hay algo muy especial en el trabajo que haces cuando estás presente.
Una mirada, una palabra en el momento justo, una respuesta que no estaba planeada.
Esa parte, claro, es irreemplazable.
Pero… ¿y si pudieras conservar la esencia de lo que haces,
y permitir que esa transformación siga ocurriendo, incluso cuando tú no estás delante?
Imagina esto por un momento:
Alguien, en otro lugar, abre tu curso un martes cualquiera.
No te conoce todavía.
Pero empieza a escuchar, a leer, a aplicar.
Y poco a poco, algo se mueve.
No porque estés ahí en directo,
sino porque fuiste capaz de poner orden, intención y estructura a todo eso que has ido construyendo con los años.
Y eso ya no depende del calendario. Ni de tu energía. Ni de tu disponibilidad.
Depende de que hayas creado una experiencia que funciona por sí sola.
Una formación clara, útil, alineada contigo,
que puede acompañar procesos reales en cualquier momento.
No es una fantasía.
Tampoco es automático.
Pero es posible.
Y cuando sucede, cambia muchas cosas.
Tu impacto se multiplica.
Tu tiempo se libera.
Y tu trabajo deja de ser algo que desaparece al final de cada sesión.
Empieza a tomar forma de legado.
Feliz día.
Albert
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